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Evolución del comportamiento humano


Si algo claramente distingue a la especie humana del resto de los primates es su comportamiento. No cabe duda que la especie humana es singular. Como singular es su comportamiento, fruto de una compleja evolución.


Evolución del cerebro humano

Hace unos 4 millones de años surgieron los primeros homínidos, con un cerebro de unos 400 gramos, similar al de los simios. La única diferencia en comportamiento es cierto bipedismo, causado por la adaptación al entorno. Hace 2,3 millones de años se produjo un cambio climático y el planeta se hizo más frío y seco. Paralelamente se produce un tamaño del cerebro en los homínidos, pasando a ser de unos 500 gramos en los australopitecos robustos y de unos 600 gramos en Homo habilis.

Homo erectus, con un tamaño parecido al de los humanos actuales, tiene un cerebro de unos 800-900 gramos, dos terceras partes del humano actual. Este desarrollo cerebral posiblemente esté relacionado con la necesidad adaptativa a entornos nuevos, que exige nuevas estrategias de comportamiento.

Hace un millón de años aproximadamente se produce un nuevo cambio climático hacia un período de frío intenso, produciéndose un aumento cerebral hasta llegar al actual en Homo sapiens y neandertales.

Evolución del volumen del cerebro humano
Evolución del volumen del cerebro humano

El desarrollo de la corteza cerebral juega un papel crucial en la conducta humana, siendo de especial interés las áreas asociativas del lóbulo prefrontal, posibilitando conductas complejas y conscientes.

Hay otros muchos factores que influyen en este elevado tamaño cerebral. Uno de ellos es la cocción de los alimentos por el fuego, al facilitar la ruptura de las proteínas incrementa la calidad y la cantidad de nutrientes para abastecer al tejido cerebral. Además, los humanos, si bien nacen indefensos o altriciales, una vez pasado ese período tienen una maduración rápida y son fecundos y sexualmente activos proporcionalmente en menos tiempo que el resto de los primates. El período entre nacimientos también es menor que en los grandes simios, por lo que tienen mayor potencial reproductor.

Los humanos también desarrollan, además de las aptitudes de adaptación al medio, aptitudes sociales de integración en una familia y en un grupo. La voz está directamente relacionada con estas. El aprendizaje facilitará sobremanera la adaptación al entorno y el pensamiento simbólico, aunque a veces sea contradictorio con un pensamiento natural, a la larga proporcionará una excelente herramienta de aprendizaje, integración social y adaptación.


La conducta humana

La conducta humana está íntimamente relacionada con su adaptación al medio ambiente y es fruto de capacidades otorgadas por la evolución. Su estudio, abordable desde varias ciencias, debe llegar a conclusiones que concuerden por completo con los datos arqueológicos.

Las líneas evolutivas de los humanos actuales y los neandertales, parten de un ancestro común, pero terminan separándose. Los estudios de los endomoldes de los cráneos indican diferencias anatómicas y fisiológicas, con distinta superficie de la corteza cerebral en las áreas asociativas de los lóbulos frontales y parietales, que indicarían unas capacidades cognitivas de configuración parecida, pero no igual.

Una característica plenamente humana es la capacidad de realizar abstracciones mentales, producir un pensamiento conceptual complejo y comunicarnos con un lenguaje articulado, todo esto constituye el comportamiento simbólico.

El comportamiento simbólico es el que posee la capacidad para crear elementos simbólicos, como son los adornos personales, sistemas de anotaciones y escrituras, uso de pigmentos, enterramiento de difuntos, desarrollo de una tecnología compleja, expresiones artísticas y musicales, y el desarrollo de un lenguaje hablado, comportamiento simbólico por excelencia, ya que se asocia la voz con el origen del resto de capacidades simbólicas.

La línea de investigación más aceptada es la que afirma que el origen del comportamiento simbólico, se remonta a la llegada de los seres humanos modernos a Europa, hace unos 40.000-50.000 a. de C., en el comienzo del Paleolítico Superior. Sin embargo, hoy en día existe un importante número de descubrimientos que ponen en cuestión esta teoría.

Otro modelo existente es aquel que sostiene que los últimos neandertales dieron pruebas de un comportamiento simbólico, considerando que el simbolismo y la modernidad cultural pueden haberse desarrollado independientemente y en tiempos diferentes. Es probable que el simbolismo neandertal no fuese semejante al de los humanos modernos, pero sí lo suficientemente complejo para producir y usar ornamentos personales, hacer uso de pigmentos y enterrar a sus difuntos, hallazgos arqueológicos que indicarían unas habilidades modernas de conocimiento, asociadas a un lenguaje oral y una conducta simbólica.

En otra línea, otros investigadores sitúan el comportamiento simbólico aún más anterior, en yacimientos europeos asociados con neandertales tempranos y homínidos anteneandertales. Esta última teoría es menos aceptada, ya que muchos de los materiales considerados como ejemplos de atributos de la conducta moderna, son en realidad fósiles que han sido modificados por procesos naturales sin que interviniera en su elaboración la mano humana.

La falta de evidencias de comportamiento simbólico en el Paleolítico Medio, y mucho menos en el Paleolítico Inferior, es un problema para datar el origen de este. No obstante, existen pruebas que hacen cuestionar el origen de la conducta simbólica, que a medida que se realizan nuevos descubrimientos, parece menos exclusiva de la especie humana, ya que podía haber sido compartida con los neandertales y los Homo heidelbergensis.

La conducta simbólica consiste en la creación de elementos que quieren decir mucho más de lo que en apariencia se ve, lo cual exige el conocimiento de una serie de códigos que cifran y son descifrados por parte del emisor y del receptor de los mismos.

A diferencia del comportamiento no simbólico, que sólo atiende a la supervivencia y a la reproducción de la especie, el comportamiento simbólico no solamente es creador, sino que puede ir contra la biología o la naturaleza, ya que los ritos y prácticas pueden ser contrarios a estas.

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Ciertos ritos, como comportamiento simbólico, pueden ser contrarios a la supervivencia.
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Paleontología Humana (Paleoantropología)

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